¡¡Exámenes!!

No tengo nada en contra de que tengamos exámenes a lo largo del curso porque claramente necesitamos hacerlos para aprender cosas y tal.... (típico rollo que nos echan nuestros padres y que no entendemos hasta que nos hacemos mayores) pero bueno, a lo que iba...

Los exámenes no tienen nada de malo; estudias para el examen, lo haces y punto. El problema llega cuando los profesores se organizan "bien". Ellos sacan el beneficio de corregirlos antes de las notas y los corrigen sin prisas mientras que nosotros tenemos un examen detrás de otro sin parar y si te despistas puedes poner tonterías como por ejemplo que la energía puede ser reflexiva o reciproca. ¿A quién se le ocurre poner un examen de Naturales y de Lengua el mismo día? Esto fue lo que le pasó a mi amiga María hoy en el examen de Naturales; que agobio que le entró a la pobre en el recreo cuando se dio cuenta...

Julio y yo estamos hasta arriba de exámenes la semana que viene y encima son los finales así que no está la cosa como para distraerse mucho... El único día que tenemos libre es mañana ya que es el día de Canarias y no hay clases. Sólo hace dos días que lo vi pero a mi me parece que han pasado siglos. Esas ganas de besarlo van aumentando en cada minuto, en cada segundo que pasa y no lo veo; recuerdo nuestros momentos juntos, lo bien que nos lo hemos pasado, esas películas, esos juegos de preguntas, esas conversaciones a las tantas de la noche, esos juegos de cartas, ese minion, esas peleas de cosquillas, esos besos que no se olvidan en la vida....
 
Esta historia comenzó hace 22 días (un 7 de Mayo) jugando a las preguntas. Ese momento marcó el comienzo de una historia con él. Una historia que tendrá sus altos y sus bajos pero que durará por siempre. Una historia de amor, exámenes, padres, hermanos, amigos, besos... Una historia interminable.

"Quiero estar paseando contigo por Las Canteras a las 10 de la noche cogidos de la mano con una luna llena inmensa detrás de nosotros."

El gato del desierto.

Yo jugué con fuego. A km me quemaron lentamente haciendo que me acostumbrara al calorcito hasta llegar un punto en el que me mataron asfixiandome en medio de un humo espeso. Falsas ilusiones en las que yo creía que ese calor me protegía del frío que hacía fuera, en las que yo creía que me estaban cuidando....

Ahora que me han matado tantas veces estoy ardiendo y busco un oasis en el que refrescarme en medio de este desierto. Soy un gato ya que no hay otra explicación para morir y resucitar tantas veces.

Lo encuentro y me zambullo en el agua que está fría pero no lo suficiente como para matarme. Estoy a gusto en este agua en el que no me ahogo y nadie sube ni baja la temperatura. Es mi última vida así que la aprovecharé para quedarme en este oasis que, según un cartel que acabo de ver, se llama Julio. Un nombre perfecto para un oasis perfecto.

"Siete vidas tiene un gato. Esta es mi séptima, si vuelvo a resurgir quiero que las siguientes siete vidas sean junto a ti...."

Lo siento.

<<Lo siento; soy muy egoísta. No merezco estar tan feliz cuando ustedes estáis así. Cuando estáis preocupados, cuando estáis agobiados, ocupados...>>

Eso es lo que querría decirle a todos mis amigos; gente que conozco que lo está pasando mal, etc.

"Ángela; tu que tienes tus problemas en los que poco te he ayudado porque he preferido contarte mis historias de amor un día y otro sin parar. ¡Lo siento!

Estela y Ana; ustedes que podrían estar estudiando tranquilamente pero no podría porque os cuento mi amor con Julio y me paso por vuestras mesas como una enamorada flotando con esa sonrisa tonta. ¡Lo siento!

Y... Tu... Julio.... Que no paro de pensar en ti en los momentos en los que estoy contigo, que no paro de mandarte mensajes diciéndote que te quiero, que no te dejo estudiar tranquilo. ¡Lo siento!

Os quiero mucho a todos ya que sois mis amigos y novio y no quiero molestaros, ni agobiaros. Sólo quiero ayudaros en lo que pueda y ahora mismo siento que no estoy haciendo todo lo posible por eso...


              Lo siento........."

El primer beso.

El título de este capítulo no tiene que ver mucho con lo que pasó en realidad. No fue mi primer beso, no fue su primer beso. Pero fue nuestro primer beso desde que estábamos juntos. La verdad es que me hubiera gustado mucho que mi primer beso hubiera sido ese y con él.

Estábamos en su casa viendo una película con mis hermanos y el suyo. No estoy segura de cual era la película pero creo que era "John Carter". En una parte de la película le puse el cojín en la cara y le dije:
-No puedes ver esta parte. Eres muy pequeño.
Entonces el me miró, yo le miré, sonreímos... Estábamos a unos 3 centímetros el uno del otro hasta que de repente surgió solo. Un beso de amor verdadero. Un beso que sabía a una relación que se había formado entre Julio y yo. Un beso que duró poco pero que dejó una huella en mi para siempre.

En ese momento supe que eso iba en serio. Que no era una de esas relaciones que había tenido antes en la que ni una misma podía saber si eso era amor de verdad. Ese mismo día comprobé que se puede encontrar al amor de tu vida casi sin salir del edifico.

Una chica sabe cuando un beso pasa a la historia de los besos. Ese beso pasó directamente al puesto mas alto. Nadie había hecho que sintiera tantas emociones juntas con un solo beso. Pero era más que eso; era NUESTRO BESO....

La llave de mi corazón....

<<Toma; te doy la llave de mi corazón. Es que te olvidaste de usarla para entrar aunque por alguna extraña razón no la necesitabas…>>

Ese fue el mensaje que le envíe hoy al llegar a casa. Una frase bonita que me había salido en clase de matemáticas al lado de Estela y Ángela; pensando en él, en las igualdades notables que él se había ofrecido a enseñarme una y otra vez. El mensaje fue seguido de otro que decía:
<<¿Te ofreces para darme clases de igualdades notables?>>
La respuesta no se hizo esperar demasiado al minuto llegó un mensaje que ponía:
<<Si tu madre no dice nada voy encantado.>>

Yo no había caído en que no le había preguntado a mi madre así que fui a su habitación y le pregunté. Su respuesta fue un "si" muy alegré. Demasiado diría yo… Cuando le pregunté porque estaba tan feliz ella me dijo:
-Sheila; yo no soy tonta. Me doy cuenta de que tu y Julio os queréis mucho; más que como amigos. Y sé que lo habéis hablado. Pero no me importa. Mientras ustedes seáis felices yo me conformo…
Le di un súper abrazo a mi madre y le dije a Julio que se viniera a casa. Que tu madre acepte tu extraña relación con un chico no se ve todos los días...

No somos…

Hasta que un día se nos ocurrió jugar a las preguntas por wassap. En un momento del juego yo le pregunté (por petición de mis dos inseparables amigas; Estela y Ángela):
-¿Quién te gusta?
Julio me respondió:
-Gustar no me gusta nadie pero estoy detrás de una chica. Y la verdad que no dejo de pensar en ella. ¿Y a ti?
-A mi me gusta un niño que tu conoces. ¿Te vale como respuesta?
-Dime quién es.
-Eres tu…
Silencio. Diez minutos sin respuesta que se hacen eternos. Él está en línea pero no responde nada. De repente aparece el "escribiendo" que tanto esperaba seguido por una respuesta que dice:
-Tu también me gustas. Y mucho ;)
Alegría absoluta es lo que me recorre por todo el cuerpo y no puedo dejar de sonreír como una tonta.

Desde ese día nada volvió a ser igual entre Julio y yo...
Todo se volvió mucho mejor. Nos veíamos más a menudo; nos quedábamos hasta las tantas hablando por wassap. Se convirtió en mi profesor particular de matemáticas…

Aún así; aunque parezcamos dos chicos que se aman mutuamente (que lo somos) no somos novios, no somos amigos, no somos simplemente vecinos, no somos conocidos… Nuestra relación es lo las parecido a una mezcla de todo eso pero lo que realmente es… es… Simplemente "Julio y yo". Si; no me he escrito mal ni me he saltado una frase. Nuestra relación es "Julio y yo". Ese es su nombre o su "NO nombre". El tiempo decidirá si quiere ponernos un nombre o si quiere que sigamos siendo "Julio y yo" o si no quiere nada de eso y sólo quiere que esto dure un segundo. Pero eso lo decide el tiempo; no yo, no Julio, no nuestros padres, no nuestros amigos… EL TIEMPO…

El día en que nos conocimos.

Todo comenzó un día de noviembre en el que yo me había apuntado a gimnasia rítmica. Justo al lado de la habitación por llamarla así en la que nosotras practicábamos estaban las canchas de voleibol. Cuando terminamos de practicar me encontré con un chico que yo ya conocía de haberlo visto en el ascensor y en la piscina. Era mi vecino que vivía en el primer piso. Entonces él se acercó a donde yo estaba y me preguntó:

-Oye; yo a ti te conozco. 

Y yo le respondí: 

-Si, soy tu vecina, la que vive en el séptimo. 

Y me fui. 

Desde ese día no me lo volví a encontrar más en el ascensor; pero siempre lo veía a la salida de gimnasia rítmica. Nunca hablábamos ni nada. Hasta qué un mes después, se le ocurrió a mi hermano apuntarse en voleibol justo en el mismo equipo en el que estaba él. 

Mi hermano y él se hicieron muy buenos amigos y entonces como mi hermano le invitaba a casa a jugar a la play y viceversa; pues yo también me volví su amiga. 

Pasaron tres meses y le invitamos al cumpleaños de mi hermano que era el 18 de marzo. El y yo estuvimos jugando al UNO y empezamos a quedar por nuestra cuenta. Julio y yo nos volvimos más amigos que lo que eran él y mi hermano. 

Hasta que un día...